Amaneció nublado el día, cuando a las 07:48 horas de ayer partía nuestro "Tamagochi" de la estación de Huesca con rumbo al Pirineo. Las apariencias presagiaban aquello con lo que nos íbamos a encontrar ya durante el trayecto: la lluvia.
Y así llegamos a Canfranc, con tres minutos de retraso sobre la hora prevista (10:26) y con un aguacero que amenazaba seriamente con estropearnos el día. Pero todo cambió después de una corta espera en la que las nubes nos dieron tregua dando el relevo a los claros, y finalmente, al sol. Aún así, no nos desprendimos de la manga larga pues el verano nos va dando señales de despedida poco a poco.
Así pues, pudimos escudriñar todos y cada uno de los rincones de la estación que ya conocemos de sobra, pero que cada año descubrimos como si fuese la primera vez. Este año prestamos especial atención durante el trayecto al viaducto de San Juan ¿por qué razón?; ya veremos...
Como tantas veces, pudimos disfrutar una vez más de una espléndida comida en el restaurante "El Universo", donde fuimos magníficamente atendidos en todo momento y donde dimos buena cuenta hasta chuparnos los dedos del estofado de judías en primer lugar y del cordero asado en segundo.
Puntualmente a las 17:53 horas partió el tren para devolvernos a nuestro punto de partida, al que llegamos en hora a las 20:36, dando cumplimiento por este año a nuestra peregrinación ferroviaria particular, a nuestro mausoleo compostelano especial, la otrora estación internacional de Canfranc.
El túnel de Somport y su fuente de agua mineral...
